El sistema endocrino es como un preciso director de orquesta. No solo media en nuestra supervivencia y adaptación, sino que ese conjunto de células, glándulas y hormonas regulan nuestro comportamiento y metabolismo, el descanso y la activación, el crecimiento, el estrés, la sexualidad… Gran parte de nuestros procesos biológicos vienen controlados por esta fascinante estructura.
Si lo hemos definido al sistema endocrino como “preciso” en primer lugar se debe a una sencilla razón. Cualquier pequeña alteración en alguno de los órganos que lo conforma supone sin duda experimentar más de una consecuencia. Lo sabe bien, por ejemplo, quien padezca alguna algún desajuste en la tiroides, esa glándula tan sensible a nuestro estilo de vida.
Los trastornos endocrinos son sin duda una de las condiciones más comunes. Además del hipertiroidismo o el hipotiroidismo, debemos saber que la diabetes es también otro tipo de alteración metabólicamediada por una baja producción de insulina por parte del páncreas, el cual, también cumple tareas endocrinas.
Conocer mejor cómo funciona este amplio conjunto de órganos, tejidos y sofisticados mecanismos hormonales nos ayudará no solo a saber más cosas sobre nuestro organismo. Entenderemos a su vez la importancia de mediar en su bienestar, de cuidar nuestros hábitos de vida, nuestros ritmos circadianos y nuestra alimentación.
El sistema endocrino hace referencia a un conjunto de glándulas de secreción interna, localizados en distintos puntos del organismo y que elaboran hormonas para mediar en nuestro bienestar, adaptación y crecimiento.


Sistema endocrino: ¿qué es y cuál es su finalidad?

El sistema endocrino está formado por glándulas que producen y secretan hormonas. Estas sustancias químicas median en casi cualquier proceso de nuestro organismo: aportan energía a las células y órganos, los activan, viajan por el torrente sanguíneo para regular nuestra conducta, emociones, metabolismo, etc.
Hay quien compara al sistema endocrino con el sistema nervioso. Son igual de relevantes, no obstante, este el último hace uso de las señales eléctricas para comunicarse. El endocrino, por su parte, utiliza las hormonas, las cuales viajan por nuestra sangre actuando como precisos mensajeros químicos.
Asimismo, hay otra gran diferencia entre ambos sistemas. Cuando el cerebro ordena la liberación de determinadas hormonas su efecto tarda bastante en desvanecerse. Así mientras el sistema nervioso envía una señal eléctrica a un punto en concreto y preciso de nuestro cuerpo, las hormonas llegan a muchos más puntos produciendo diversos (y no siempre tan positivos) efectos.
Un ejemplo de ello es el cortisol. Cuando la glándula suprarrenal lo libera su efecto puede durar horas o días. Y su efecto estimulante impacta como ya sabemos de muy diversas maneras: produce taquicardias, tensión muscular, dolor de cabeza, problemas digestivos… El sistema endocrino controla como podemos ver una serie de procesos tan complejos como importantes.
No obstante, para entenderlo mucho mejor debemos conocer cómo se estructura y qué órganos lo conforman.

cabeza femenina con hipófisis como parte del sistema endocrino

Partes del sistema endocrino

El sistema endocrino se compone de muchas glándulas diferentes que secretan hormonas. Asimismo, es interesante recordar que no solo nuestras glándulas producen hormonas, también hay órganos que llevan a cabo importantes tareas endocrinas, como el estómago, el duodeno, el hígado o el páncreas.

Veamos no obstante qué componentes son los más distintivos de nuestro sistema endocrino.

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